jueves, 24 de marzo de 2011

Devolvédmelos

¿Quién quiere manos teniendo amigos? ¿Quién quiere riquezas, tiempo libre o belleza? ¿Quién quiere la perfección? ¿Quién quiere el cofre del tesoro, el final de una película o el beso de un príncipe? ¿Quién quiere unas vacaciones? ¿Quién quiere libertad? Yo os lo doy todo. Es vuestro.

¿Quién quiere viajar? ¿Quién quiere primaveras? ¿Quién quiere bañarse en el mar, oler una rosa o saborear un caramelo? ¿Quién quiere piernas, pensamientos o distracciones? ¿Quién quiere bolsillos? ¿Quién quiere oxígeno? Yo os lo doy.

Os doy mi voz, mis sueños, mi opinión. Os doy mi virtud y mi verdad. Os doy mis ojos, mi luz, mi despertar. Pero no os los llevéis a ellos.
Os lo doy todo, mi todo. Os doy también la nada. Os doy mi yin y mi yang, mi sonrisa y mi memoria. Mis recuerdos. Os lo doy. La moneda que me cuelga del cuello, las hojas secas de la calle, la tormenta que me enamora. Os lo doy. Os doy mi cielo, mi vida, mi edredón, mi anhelo, mis pulseras. Os doy a él. Os lo doy. Es vuestro. Os doy mi mayor bien. Os doy a él.
Pero dejadme a mis amigos, no os los llevéis.

Cogedlo todo, dejadme sin nada. Dejadme sin tiempo, sin luz del sol, sin palabras, sin pupilas. Dejadme sin música, sin sentimientos, sin esperanza. Dejadme sin él. Cogedlo. Lleváoslo. Es vuestro, todo es vuestro… menos ellos.

Lleváoslo y haced con todo lo que deseéis, lo que el capricho os pida. Tirad mis fotos, quemad mis cartas, ahogad mi voz, cortad mi cuello, gastad mi moneda, romped mis sueños, olvidad mi memoria, ignorad mi opinión, enjaulad mi libertad. Matadlo a él. Matadlo a él… pero dejadme a mis amigos. No os los llevéis. Que no se vayan. Que no se vayan… ¡Que no se vayan! Por favor… que vuelvan ya.

¿Quién quiere manos teniendo amigos? ¿Quién quiere nada? Os lo doy todo. Tan sólo les necesito a ellos. Devolvédmelos.

Ellos son mis manos, mi voz, mis sueños y mi música. Ellos son mi cuello, mi memoria, mi libertad y mi anhelo. Ellos son mi yin y mi yang, son mi sonrisa, mi cofre del tesoro… Y es que con ellos no necesito tormentas que me enamoren, ni luz del sol por las mañanas. Pues ellos son mi sol, mi amor.
Con ellos no le necesito a él. Ellos me lo dan todo. Con ellos me sobran las riquezas y la belleza, con ellos me sobra la perfección, la libertad y los recuerdos. Con ellos me sobra todo.

Tan sólo les necesito a ellos. Devolvédmelos.

¿Quién quiere manos teniendo amigos? Devolvédmelos.

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